sábado, 2 de enero de 2010

Chacho y Palomino empezaron de bien pimpollos a jugar con fuego y pólvora. Pronto dejaron de encontrar satisfacción en los petardos comerciales y empezaron a crear sus propias bombas. Parecía que compitieran por su orgullo viril a base de hacer explotar latas, cajas de zapatos, mierdas, condones…
El bueno de Chacho partía en desventaja. Palomino había derribado una farola con una ingeniosa combinación de una “Traca 1000 pájaros” y un “trueno XXL”. Le faltaban los fondos y tal vez el talento para superarlo. Suerte que un día sus rezos a San Boom Boom Boom tuvieron respuesta y cayendo del cielo como un “California Rocket” apareció la receta del “Chacho fallero de kilo” y el numero de cuenta de los ahorros de sus viejos para mandarlo a la Universidad mas lejana.
En base a un “Golden Corn” le endoso un “Volcán medio” y 101 “Silba Boom”. Para darle un poco de altura lo abrillanto con 12 “Space fighter” y dos “Bola ovni”. Y sin olvidarse de los clásicos le metió una cajita de “Chinos”. Su victima: un buzón lila. Encendió una mecha larguisima a unos metros de distancia. A medida que las chispas se alejaban de Chacho, subía su adrenalina, mientras al otro lado el buzón confesaba sus pecados. En un -Ya no haré más la boca grande para recibir las facturas- reventó. Era tal el poder del artilugio que rebosante de fuerza convirtió el resto en maña y destrozo todos los buzones lilas del mundo entero. Del último, en Matagalpa (Nicaragua) nació un agujero negro que exprimió la América latina, la no tan latina y la mitad del agua del océano pacifico. En Copenhague (Dinamarca) una reunión urgente debatía los quehaceres por los cambios climáticos. Mientras en Aspe (Alicante), un adolescente silbaba con las manos en los bolsillos y se preguntaba a lo Steve Urkel: -¿he sido yo?-

Agradecimientos a www.todopetardos.com

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